Partimos de un pasado agropecuario y ganadero de subsistencia, fui minero picador y,
aunque se haya apagado la lámpara de nuestra seña de identidad, la mina, nunca debemos olvidar
de dónde venimos. Desde hace 28 años desempeño orgulloso el cargo de Alcalde Pedáneo de la
Junta Vecinal de San Facundo, ubicada en la Comarca del Bierzo (León), y que empezaba a tener
fecha de caducidad allá por el año 1983.
En 1993, cuando asumí la responsabilidad para intentar revertir la situación de un entorno
totalmente minero, sólo quedaba reinventarse o desaparecer, una difícil tarea en la que puse
muchas ganas, y, sobre todo, mi ilusión y compromiso, para cumplir grandes sueños.
La única manera de hacer las cosas grandes, es que lo pequeño te importe mucho, y por
eso mi objetivo no era otro que convertir el mágico pueblecito de San Facundo en una ciudad sin
dejar de ser pueblo.
Un pueblo salpicado por un maravilloso paisaje, un oasis de belleza incomparable, una oda a la naturaleza en grado superlativo, poblado de criaturas oníricas que dan rienda suelta a la imaginación, cuya contemplación nos da sosiego, paz y tranquilidad, que nos permite disfrutar de una agradable estancia y conseguir que el turismo rural sea sostenible y ecológico. Como si de un milagro se tratase, el trabajo, la constancia, el compromiso, la gestión, los apoyos y no parar nunca de soñar, han sido mis mejores aliados para alcanzar el éxito, creando una obra maestra que hemos sabido abrazar y respetar tocando solo lo justa para hacerla crecer.
Ser el pueblo más bello de León, y el segundo de Castilla y León, de menos de 1000 habitantes en 2017, es un reconocimiento que supone un merecidísimo galardón para este paraíso terrenal de tan solo 18 habitantes. Rodeado de infraestructuras jamás imaginadas en un núcleo rural tan pequeño; cableado soterrado en todo el pueblo, playa fluvial con aseos y wifi gratis, agua potable tratada con rayos ultravioleta y un largo etc., hacen que San Facundo sea “Un Oasis en El Bierzo”.
Con un proyecto de turismo rural sostenible, siendo más de 18000 las visitas anuales recibidas y por ello, el lugar de los que aquí nacimos, los que aquí vivimos, los que vienen y van, y los que faltan por llegar.
Estamos en el buen camino, el de la España deseada, viendo como todas nuestras aspiraciones se van cumpliendo y ejerciendo, allá donde vamos, de embajadores de este vergel berciano.
Recuperando ya la sonrisa que se llevó por delante el 2020, continuamos conquistando los corazones de todos aquellos que nos visitan y se convierten en nuevos pregoneros de las maravillas de San Facundo.
Os esperamos, eso sí, en pequeñas dosis, para poder recibiros como os merecéis y que podáis disfrutar de este entorno natural mágico.