LA PIEL DE LAS PERSONAS MAYORES.
La piel es el mayor órgano del cuerpo humano y su principal función es la de protección.
Está compuesta por tres capas:
1.- La epidermis: es la capa más externa. Es la barrera de protección del exterior y evita la pérdida de agua.
2.- La dermis: es la capa intermedia y es la que confiere la flexibilidad. En ella están los vasos sanguíneos, las terminaciones nerviosas y las glándulas sebáceas y sudoríparas, así como los folículos pilosos.
3.- La hipodermis: es la capa más profunda también llamada tejido subcutáneo y está formada por grasa y tejido conectivo.
Pero, ¿qué ocurre en la piel de las personas mayores?
El envejecimiento provoca grandes cambios en la estructura de la piel. Las capas más externas empiezan a atrofiarse y la epidermis se hace más delgada y frágil.
La disminución de la elasticidad de la piel se produce por la reducción del colágeno y la elastina. También se reduce la secreción de grasa, provocando una piel más seca, a veces, parece un pergamino.
Con frecuencia aparecen manchas pigmentadas o incluso equimosis o manchas de sangre con el más mínimo contacto.
Los desgarros en la piel ocurren con frecuencia en edades superiores a los 65 años provocando un tipo de lesión conocido como “Skin tears” (lesiones cutáneas laceradas).
El mecanismo que las provoca suele ser por fricción o cizallamiento y suelen ser muy frecuentes en la cara anterior de la pierna y también en las manos.
¿Qué factores de riesgo provocan estos desgarros?
El principal factor de riesgo es el envejecimiento. Si además sumamos enfermedades propias de la vejez como las cardíacas, pulmonares o vasculares, el riesgo aumenta.
Otros factores que hay que tener en cuenta son la movilidad reducida, problemas de equilibrio y la peor visión que puede provocar roces y golpes en las piernas.
La demencia y las deficiencias nutricionales son otras de las causas para una difícil cicatrización.
Tratamiento de las skin tears
La prevención es lo más importante, proporcionando a la piel de nuestros mayores una adecuada hidratación aplicando cremas hidratantes y emolientes a menudo.
Se desaconseja retirar el colgajo de piel y en la medida de lo posible hay que preservarlo para una mejor cicatrización.
Se debe realizar una limpieza inmediata de la lesión y aproximar los bordes de la herida lo antes posible.
Las suturas cutáneas se desaconsejan porque causan un trauma adicional y se suelen rasgar.
En este caso se ha utilizado una solución hipertónica al 2.1% procedente de agua de mar microfiltrada en frío.
Se aconseja proteger la herida de otros traumatismos.
Como se puede observar, la cicatrización ha sido buena y en el plazo de 20 días, la herida se ha curado.
SOBRE MI:
Soy la Dra. María Remedios Más Selles y soy médico desde hace más de 35 años. Me apasiona mi trabajo y sigo aprendiendo cada día. Me gusta escribir “historias prestadas” de mis pacientes y las puedes leer en mi blog www.doctoramas.com
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